Hacemos un Primer Balance de la recolección de aceite de oliva en España

Cuando se recogen las últimas aceitunas podemos sacar las primeras conclusiones de un año complicado

Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), Comunicación AEMO
 

Acercándose ya el final de la campaña de producción 2020/2021 de aceite de oliva en España, permitannos hacer un primer balance a través de algunos apuntes:

- Rendimientos grasos atípicos, de 3 o 4 puntos por debajo de la media según las zonas, lo que sin duda hará que la cantidad de aceite final producido sea menor que el vaticinado por las distintas previsiones y aforos emitidos por las administraciones. Sin mucho temor a equivocarnos podemos afirmar que la cosecha 20/21 en España no superará 1.450.000 T de aceite de oliva. A esto hay que unir que se confirma la baja producción en el resto de la Cuenca Mediterránea, como ya se había anunciado.

- Campaña muy complicada climatológicamente con persistentes e intensas heladas y con precipitaciones continuadas que han disminuido los días útiles de trabajo, especialmente a partir de la 2ª quincena de diciembre, lo que ha complicado la recolección y ha redundado negativamente en la calidad del fruto a partir de esas fechas. Todo esto nos hace ratificarnos, una vez más, en que demorar la recolección conlleva riesgos reales que inciden en la calidad final del producto, y por tanto en su valor.

- Año donde el buen aceite de oliva virgen extra tendrá un mayor diferencial respecto a las categorías inferiores, simplemente porque escasea el producto de calidad superior y porque el mercado cada vez reclama más porcentaje de virgen extra en los lineales.

- Magnífico comportamiento de las salidas mensuales de aceite de las almazaras españolas, tanto para consumo interior como en exportaciones, que ratifican que el consumo esta muy firme y que es muy probable que la comercialización total de aceite español durante la campaña supere 1.620.000 T (12x135.000 T/mes).

- Meritoria gestión de la pandemia por parte de los olivareros y cuadrillas recolectoras en el campo, y de los equipos de molturación en las almazaras y cooperativas, con baja incidencia de contagios derivada de una buena y efectiva estrategia preventiva del COVID.

En síntesis estamos en una campaña muy equilibrada entre la producción y consumo mundial, lo que conllevará la fortaleza de los precios de equilibrio en origen, que dicho sea de paso era y es necesario después de tres años donde nuestros olivareros han sufrido pérdidas, con costes de producción superiores a los ingresos generados por la venta del aceite.