Comienza la carrera de obstáculos de estos pequeños frutos que nos darán el aceite de oliva virgen 2019-2020
Culminada la plena floración, fecundado ya el ovario y caídos los pétalos de la flor, el olivo entra en su estado fenológico G "cuajado del fruto".
Es una etapa crítica donde va a comenzar la multiplicación celular en el interior de la pequeña pulpa, y el hueso, todavía incipiente, comenzará a endurecerse lo que ocurrirá durante el mes de junio. El olivo ahora necesita tranquilidad, agua en el suelo, nutrientes suficientes y temperaturas que no sean extremas. De momento tenemos un fuerte deficit hídrico y temperaturas demasiado altas para esta crítica etapa.
Después, ya en julio, el olivo se cerrará en trincheras tapando sus estomas, frenando el proceso de fructificación y se limitará a resistir las altas temperaturas de julio y agosto en un estado de baja actividad, sobre todo si está en secano.
Luego a finales de agosto comenzará el periodo clave de la lipogénesis, donde los azúcares se convertirán en aceite de oliva y el fruto irá aumentando de tamaño... lo que se prolongará durante septiembre, octubre y parte de noviembre, según la variedad y el tiempo... el agua en este periodo será, como ahora, fundamental para que todo acabe bien.
En estos meses estas pequeñas aceitunas se enfrentarán a distintos enemigos como el prays, la falta de agua, las temperaturas extremas o la mosca... y muchas de ellas no llegarán a la meta... el propio olivo provocará una caída natural para autorregular la producción final... según se vea de fuerte. El árbol, sabio, sabe todo esto y por eso cuaja ahora muchos más frutos de los que los que realmente madurarán en el próximo otoño.
Es el momento de la verdad que cada año el agricultor sigue con ilusión, tensión y respeto, porque sabe que la naturaleza terminará marcando el paso...
